No sé ustedes, pero para mí, el espionaje contra tu propio país es una de las cosas más jodidas que pueden existir.
Tal vez a uno no lo pueda gustar su propia patria, nadie está obligado a quererla y cantar el himno nacional. Pero de ahí a vender secretos de estado a un país vecino, con quien hemos tenido anteriormente una guerra y ahora existe un diferendo marítimo... se pasa de la raya.
La actual constitución establece la pena de muerte para casos de terrorismo y traición a la patria. Sin embargo, el artículo que establece tal cosa no es aplicable debido a los benditos tratados internacionales a los cuales el Perú está suscrito. Es decir, no es posible eliminar al infeliz gracias a que el ordenamiento internacional defiende los derechos humanos del hasta más indeseable ser humano.
Así que, a aguantarse las ganas de eliminar formalmente a ese tipo.
saludos.